Viernes 3 de enero de 2014 a las 21:45 hrs.
Mi queridísima bienamada hija, cuando los profetas de antaño
fueron llamados por Dios para proclamar la Verdad, ellos no estuvieron –
ninguno de ellos – demasiado entusiasmados con el Cáliz de la Verdad de la
Palabra de Dios que les fue dada. Fue tan abrumador para cada uno de ellos – la
mayoría de ellos no eran conocedores de las Palabras de las Escrituras – que
mucho de lo que les fue dado no tenía sentido para ellos. Aun así el Poder del
Espíritu Santo les sacó/atrajo y esto les permitió hablar la Palabra de Dios,
tal y como les había sido dada. Muchos se encogieron de miedo. Algunos lo
abandonaron. Aquellos que lo abandonaron, luego volvieron. Cuando Dios manda un
profeta, quiere decir que algo de gran alcance está planeado por Él. Profetas,
mensajeros de Dios, solo revelan al mundo lo que es necesario para la salvación
de las almas.
Hija Mía, deja sabido que esta Misión será la que,
cuando la Voz de Dios sea sentida como si fuera un trueno, será pues sentida en
todos los lugares de la Tierra. Mucho será revelado a los hijos de Dios
antes de que el Gran Día del Señor amanezca. Es necesario que esto ocurra,
ya que si Él no avisara a la Humanidad, entonces Él no podría completar Su
Promesa hecha a los profetas – Moisés, Daniel y Juan. Cuando Dios hace una
promesa, siempre se cumple.
Nunca temáis a un verdadero profeta, porque ellos hablan las
Palabras puestas en sus bocas por Dios y en Su Nombre.
Oír la Palabra de Dios hablada hoy puede causar miedo. Puede
ser estremecedor y causar un cierto grado de ansiedad. Aun así, sin la Palabra
siendo reavivada, hecha para poder respirarla de nuevo y vivirla entre
vosotros, encontraríais un espacio – la distancia entre vosotros y Dios –
demasiado grande. El espacio se cierra ahora, a medida que Mis Palabras, traídas
a vosotros por Mi Padre, os traerán alivio – más alegría que tristeza, más
coraje que miedo y más consuelo que llanto.
Escucha atentamente esto, hija Mía. Nunca debes intentar
alejarme a Mí cuando todo lo que quiero hacer es envolveros a todos vosotros
dentro de Mis Sagrados Brazos y llevaros a Mi Corazón. Mi Palabra puede ser
sombría, Mis profecías difíciles de escuchar y los retorcidos actos del hombre
molestos de atestiguar, pero nunca olvidéis que todas estas cosas pasarán.
Serán olvidadas. Ellas tendrán pequeñas consecuencias. Para el mundo, la vida
delante de vosotros, traerá consigo gran alegría y risas, ya que el Amor de
Dios será sentido en cada lugar, cada casa, cada alma y en cada corazón.
Esta es la parte final de Mi Plan para salvar a la Tierra y
a cada criatura viviente. Presentará muchas dificultades y pruebas. La
crueldad del hombre será de todo, lo más preocupante de soportar y el rechazo a
Mí, Jesucristo, el colmo final* a los Ojos de Mi Padre. De todas
formas, esta última confrontación no durará mucho antes de que el hombre sea
aliviado del terrible odio, el cual existe en el mundo.
El Poder del Cielo no es como para ser desestimado, porque
la Intervención de Mi Padre será demasiado poderosa para que Sus enemigos la
aguanten. Por lo tanto, estad en paz. Aceptad la Intervención de Dios – Su
Gran Acto de Amor, dado a vosotros a través de la Palabra - la que sale de la
boca de Sus profetas. Todas estas cosas son a fin de protegeros, traeros más
cerca de Mí, y crear un Nuevo Principio donde no habrá final.
Vuestro Jesus
el colmo final* = la última gota que colma el vaso