Lunes 20 de enero de 2014 a las 12:09 hrs.
Mi querida hija, Dios quiere salvar a cada una de las
personas, de cada fe, así como a aquellos que niegan Su Existencia y la de Su
Hijo, Jesucristo. Esto es por lo que la gente de todas edades, de todas las
culturas y de todas las denominaciones, deben recibir la Medalla de la
Salvación.
A cada persona a quien se le dé una Medalla, incluso si no
está bendecida, le será dado un extraordinario Don. Pronto después, Dios
infundirá en ellos una Gracia, un conocimiento dentro de sus propias
impotencias y una conciencia del Amor Todopoderoso de Dios. Él iluminará
incluso a la más terca de las almas y a aquellos con corazones de piedra.
Pronto ellos buscarán la Verdad y entonces llamarán a Dios, suplicándole que
les ayude a tranquilizar sus corazones y que los llene con Su Gran Misericordia.
No rechacéis el Regalo de la Medalla de la Salvación, porque
esta última Medalla, traída a ti por mí, a través de la Misericordia de Dios,
atraerá a miles de millones de almas hacia la Vida Eterna. Cuando Mi Padre me
dio las instrucciones de presentarme al mundo con el Santísimo Rosario a Santo
Domingo, muchos lo rechazaron. Ellos aún lo hacen todavía hoy, porque creen que
fue creado por mí. Me fue dado, para que cualquiera que lo recitase pudiera
protegerse a sí mismo del maligno. Es a través de mi intercesión que las
Gracias especiales y la protección son legadas a las almas, contra la
influencia del maligno.
No cometáis el error de rechazar esta Medalla porque es para
el mundo entero y muchos milagros estarán asociados a ella. Aquellos que
la rechacen o intenten evitar que otros la acepten, negarán la salvación –
especialmente los ateos, quienes están en mayor necesidad de la Intervención
Divina. Debéis siempre colocar a aquella gente que rechaza a Dios ante el Trono
de mi Padre, y suplicar Misericordia para sus almas.
Por favor, aseguraros que esta Medalla de la Salvación sea
provista a cuanta más gente como sea posible.
Vuestra bienamada Madre
Madre de la Salvación