Sábado 11 de enero de 2014 a las 10:48 hrs.
Mi queridísima bienamada hija, Yo quiero que el mundo
sepa cuanto quiero al hombre, pues Yo amo incluso al más miserable/humilde,
al más atormentado y al más desmerecedor. Quienquiera que crea que Yo
pongo a un hombre delante de otro, no me conoce. Yo puedo tener más favor hacia
ciertas almas, especialmente almas elegidas, pero no les amo más, ni menos, que
a las almas de los afligidos.
Miro a cada alma con Amor en Mi Corazón. Me aferro a cada
uno de vosotros, porque vosotros sois Míos - de Mi Padre. Mientras Yo
puedo estar ofendido por vuestras debilidades y enfadado hacia vuestros deseos
e intenciones malos, Mi Amor por vosotros nunca muere. Todos los pecadores
son amados por Dios – no importa lo que hayan hecho. Dios tiene el Poder
definitivo sobre el destino de cada alma y este Poder es Suyo.
Yo tengo la sola Autoridad de Juzgar. A ningún hombre de
entre vosotros le ha sido dado este derecho. Cuando él juzga a otro, de
ser culpable de pecado, debe castigarle a esa persona a través de la
penitencia, no la muerte. Ningún hombre, juez, líder político o miembro de Mi
Iglesia en la Tierra, puede jamás condenar a un hombre a morir, por sus pecados
– sin importar cuán perversos hayan sido. Ningún hombre puede condenar a otro
al Infierno, porque cuando él declara a un alma de ser maldita, entonces será
él, en su lugar, quien será maldito, sin importar por cuantos sagrados actos
haya llevado a cabo en Mi Nombre.
Cómo gastáis de tiempo en condenaros los unos a los otros,
en vez de aceptar el Don que se os fue dado – el Don del amor de unos a los
otros. Amad el Don que se os dio por Dios y el cual es vuestro para darlo de la
manera que deseéis – siempre que sea de acuerdo a la Voluntad de Mi Padre.
Todavía, muchísimos que Me aman a Mí, Jesucristo, creen que Yo apruebo
cualquier acción que avive al odio entre los unos y los otros. Debéis saber
que, en lugar de eso, Yo simplemente quiero que os améis los unos a los otros y
permanezcáis inalterables a la Palabra de Dios, la cual está contenida en
ambos: en el Antiguo y en el Nuevo Testamento.
La Palabra es eterna – no cambia – nunca. La gente que vive
en el mundo de hoy, no es diferente de aquellos que vivieron hace miles de
años. Puede que vosotros tengáis más conocimiento y más información, pero
no sois mejores que ninguna generación, que llegó antes que vosotros. El hombre
es mortal. Nada cambiará en este sentido, hasta que Yo os traiga la Vida
Eterna.
Parad y pensad. Mis instrucciones son aún las mismas que las
dadas a la humanidad durante Mi Tiempo en la Tierra. La única diferencia
ahora es que, a causa de los avances en la ciencia, mucha gente cree que son
más grandes que Dios. Muchos creen tantísimo en su inmortalidad, que han
decidido no aceptar que fueron creados por Dios. Muchos piensan que tienen el
poder de reescribir las Leyes de Dios.
Muchos han decidido levantar una nueva Torre de Babel y
cuando lo hagan, se vendrá abajo con una sola barrida de la Mano de Mi Padre. Entonces
el hombre se dará cuenta de que la vida solo existe con Dios y por Dios, en
concordancia con la Voluntad de Dios. No hay vida sin Dios.
Vuestro Jesus