Viernes 17 de enero de 2014 a las 20:42 hrs.
Mi queridísima bienamada hija, estate tranquila cada
vez que afrontes los muchos obstáculos, que tú y todos Mis seguidores
enfrentáis a diario en este trabajo para salvar almas.
Recordad siempre que Satanás no parará de atormentar esta y
otras misiones, las cuales son auténticas, pues ellas vienen de Dios. Las
misiones auténticas, las cuales bendigo Yo hoy, y aquellas que Yo bendije a
través de los siglos, siempre sufrieron, por su oposición.
Sólo las misiones, que verdaderamente vienen de Dios, atraen
tal odio. Solo verdaderos profetas atraen el odio. Moisés, Elías, Noé y Juan el
Bautista, y otros como ellos fueron odiados, por la influencia de Satanás sobre
las almas débiles. Solo Yo, Jesucristo, uno de los cientos de profetas durante
Mi Tiempo en la Tierra, atraje el tipo de odio, que fue infligido sobre Mí. Y
ahora, solo tú, Mi último profeta, atraerás odio de una categoría no vista
desde hace mucho tiempo – aunque otros, como tú, han sufrido en tiempos
recientes.
Cuando tengas que soportar oposición en el Nombre de Dios,
sabe que, cuando la Santísima Trinidad presenta la Palabra a la humanidad a
través de un profeta, será de la peor clase. Si no fuera por la Asistencia
Divina dada a ti, tú huirías de terror. Mi padre te protege, pequeña Mía, y por
lo tanto tú debes avanzar paso a paso hacia delante siempre a sabiendas que Él
desea almas, por cada palabra que sea pronunciada de tus labios, por cada
palabra que sea dibujada por tu mano y por cada alma a la que puedas llegar.
Todo este sufrimiento me traerá más almas.
Ten por seguro que el tiempo para que Yo vuelva para
reclamar Mi Trono está cerca y a medida que se acerca más el Día,
muchas tácticas serán utilizadas para hacerte tropezar en esta Misión. Cada
mentira será lanzada contra ti, cada piedra tirada, cada tormento tu destino,
y cada enemigo de Dios colocado en cada ruta que te gires. Pero, como
Redentor de la humanidad, Yo aseguraré que cada zarza sea cuidadosamente
quitada, cada piedra echada a un lado, y cada camino despejado, para que tú
triunfes en traer Mi Palabra ante el mundo, en un momento cuando Yo sea de
todo, menos olvidado.
Yo camino contigo, hija Mía. Yo apoyo Mi Mano en tu hombro
izquierdo, para refugiarte del maligno y guiarte en todos los sentidos. Cada
palabra que pronuncias en esta Misión, viene de Mí. Cada acción que haces viene
de Mí. Cada sufrimiento que soportas, es Mío. Tu voluntad es Mía,
porque me la diste y ahora Yo resido completamente dentro de ti. Cuando te
hieren, ellos me insultan. Cuando se burlan de ti, ellos niegan la Verdad.
Cuando ellos niegan la Palabra, ellos me niegan, pero cuando ellos aceptan Mi
Palabra, dada a ti, ellos se vuelven parte de Mí y por lo tanto a ellos también
les es dada Mi Protección.
Ve ahora, hija Mía, y nunca te inquietes cuando el odio te
sea mostrado en esta Misión, porque tú y todos los que escuchan Mi Llamada
estaréis entonces sin ninguna duda de Quien es al que ellos se oponen. No sois
vosotros, sino Yo, Jesucristo, al que echan a un lado. Cuando estás por
Mí, Conmigo, en Mí y habláis Mi Palabra – sois cerdaderamente un hijo de Dios.
Vuestro Jesus
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