Páginas

viernes, 27 de diciembre de 2013

El orgullo es un rasgo peligroso porque convence al hombre que él es más grande que Dios

Domingo 15 de diciembre de 2013 a las 16:45 hrs.


Mi amadísima hija, la humanidad ignora de las Leyes Divinas y la Divina Voluntad de Mi Padre. El hombre es una criatura de Dios y, como tal, no se le ha dado el Don del Conocimiento en relación a muchos secretos que sólo son conocidos  por los ángeles y santos en el Cielo. Por lo tanto, un hombre no puede decir que él sabe por qué Mi Padre permite que ciertos acontecimientos tengan lugar en el mundo, mientras que otro hombre afirma que está al tanto del origen del universo. El hombre es un simple servidor de Dios, pero Dios, debido a que quiso crear al hombre a Su perfecta Imagen, le concedió muchos dones y talentos. Él nunca le dio al hombre el Conocimiento del Árbol de la Vida y esto fue por una razón. El hombre destruyó su posición a los Ojos de Dios, cuando Adán y Eva se separaron de Él, a causa del pecado del orgullo. El pecado del orgullo continúa hoy día y es la causa en gran parte de la separación de Dios. El orgullo es un rasgo/característica peligroso porque convence al hombre que él es más grande que Dios. El orgullo tienta/seduce al hombre para interferir con las Leyes de la Divinidad de Dios. Esto incluye la creencia de que el hombre tiene el derecho de decidir a quien se le da el Regalo de la Vida y quien tiene el derecho de quitarla.

El orgullo también convence al hombre de que él sabe cómo fue creado el universo, cuando él es, de hecho, ignorante de tal milagro. Sólo Dios tiene el Poder para crear cualquier cosa. Sólo Dios puede decidir cuánto le permitirá al hombre explorar o manipular Su Creación. Sin embargo, el hombre cree que él sabe todas las respuestas. Cuando el hombre cree que él controla su propio destino, y el destino de los demás, cae en error grave porque cuando él imita el pecado de Lucifer, será arrojado fuera. Cuando el hombre se niega a responder a su Creador, Él ya no estará ahí para consolarlo en el último día.

No debéis nunca permitir que el orgullo os convenza de que sabéis todas las cosas de este mundo y más allá de él, porque esto es imposible. En cambio  debéis escuchar, aceptar las instrucciones establecidas en los Santos Evangelios, para que podáis vivir en paz y de acuerdo a la Voluntad de Mi Padre. Pues cuando os humilléis ante Él, Él os mostrará gran gloria y entonces comprenderéis el gran misterio de Su Reino Glorioso en el último día.

Vuestro Jesús