Mi dulce niña, los Cielos todos se unen, en unión con
mi Hijo, para acudir en ayuda de aquellos sacerdotes santos, quienes se
encontrarán a sí mismos en medio de una gran batalla. Tantas de estas preciadas
almas tendrán que soportar terrible dolor y sufrimiento cuando tengan que
presenciar las herejías, las cuales surgirán de dentro de la Iglesia. Estarán
confundidos, asustados y muchos sentirán que no tienen a dónde recurrir. Esto
es cuando deben volverse a mí, pedirme que los Consagre a mi Hijo, para que Él
pueda derramar sobre ellos cada gota de Su Preciosa Sangre. Cuando cubiertos
con este Don, sabrán qué hacer. Ellos deben saber que he advertido a mis hijos,
a lo largo de los siglos, de esta malvada apostasía, la cual está siendo
planeada por el maligno.
La Iglesia de mi Hijo se convertirá en la sede del
anticristo y ahora que la Verdad ha sido revelada, muchos se sentirán asustados
y sufrirán el dolor de la Flagelación de mi Hijo. La Iglesia de mi Hijo será
perseguida, destruida, profanada - hasta que eventualmente, albergará el trono
sobre el cual se sentará el anticristo. Será desde aquí que él, el anticristo,
declarará que él es el Cristo y que el mundo será salvado a través de él.
Al aceptar mentiras, niegan la Verdad. Al ignorar la Verdad,
creerán en una telaraña de engaño fabricada, tejida por el maligno y esta los
atrapará. Una vez atrapados, serán tentados a seguir a las multitudes, en cada
nación, quienes prestarán gran respeto al anticristo. Por favor, hijos, reciten
esta Cruzada de Oración para combatir la herejía, la cual cubrirá la Iglesia de
mi Hijo en la Tierra.
Cruzada de Oración (125) Para defender la Santísima Palabra
de Dios
Oh, Madre de la Salvación, ayúdame, un humilde siervo de
Dios, a defender Su Santísima Palabra en tiempos de tormento. Conságrame,
querida Madre, a tu Hijo, para que Él me pueda cubrir con Su Preciosa Sangre.
Concédeme, a través de la intercesión de tu Hijo, Jesucristo, la gracia, la
fortaleza y la voluntad para permanecer fiel a las Enseñanzas de Cristo en los
tiempos de Tribulación, los cuales devorarán Su Santísima Iglesia en la Tierra.
Amén.
Vayan a mi Hijo, queridos siervos de Cristo. Le pertenecen a
Él. Él los ayudará durante la persecución. Él nunca los abandonará en su tiempo
de necesidad.
Su amada Madre
Madre de la Salvación