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jueves, 8 de agosto de 2013

Nunca acepten una cruz, la cual no se parece a la Cruz sobre la cual fui crucificado

Martes 30 de julio de 2013 a las 20:06 hrs.

Mi amadísima hija, cuán dulces son las voces de aquellos que me aman y me consuelan en este tiempo de gran dolor. Ustedes, Mis amados seguidores, quienes nunca me abandonarán, son como la miel, dulce en Mi Boca, reconfortando Mi Cuerpo y levantando Mi Espíritu.

Muchos seguirán las falsedades, porque tendrán miedo de ponerse de pie y desafiantemente defender la Palabra de Dios. Al principio, ellos estarán confundidos por las nuevas prácticas, los nuevos símbolos, las nuevas prendas, los nuevos formatos para los altares y las nuevas cruces. Luego aceptarán todas estas nuevas cosas, como signos de los tiempos. Este nuevo, moderno, *dizque acercamiento unificado para honrar a Dios, será entonces entusiasmadamente acogido por aquellas pobres almas. Pero aquellos que son Míos permanecerán fieles a Mi Palabra, por todas las épocas. Ellos son la columna vertebral de Mi Iglesia en la Tierra y nunca se quebrarán.

Mi deseo es que ustedes, Mis leales cristianos – de todas las denominaciones – se unan para combatir a los demonios, los cuales han sido desatados del Infierno y que deambulan entre ustedes. Nunca se disculpen por amarme. Nunca acepten una cruz, la cual no se parece a la Cruz sobre la cual fui crucificado. Cuando falte, o no sea mencionado, entonces sabrán que la infestación se propaga a lo largo de estas Iglesias, la cual ha sido planeada por Mis enemigos. Si ustedes sí aceptan sus ritos y símbolos satánicos, se dejarán a sí mismos expuestos al mal.

Permanezcan fieles a Mí. Mantengan sus oraciones diarias sencillas. Mantengan Agua Bendita y Mi Cruz en sus casas. Protéjanse los unos a otros. Permanezcan obedientes a aquellos sagrados siervos Míos, quienes permanecerán vehementemente leales a Mí y quienes rehúsan traicionarme. Luego pasen el resto de su tiempo orando por las almas de los ateos, aquellos quienes creen en dioses paganos y aquellos quienes ciegamente seguirán a los enemigos de Mi Iglesia hacia el desierto.

Permanezcan en estrecha unión Conmigo e invóquenme todos los días por fortaleza. Estaré a su lado durante esas amargas pruebas venideras y nunca abandonaré a aquellos quienes me buscan.

Su Jesús