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domingo, 2 de junio de 2013

Estos mensajes serán los últimos dados a ustedes antes del Gran Día cuando venga a Juzgar

Sábado 25 de mayo de 2013 a las 21:49 hrs.


Mi amadísima hija, el dolor de los profetas que vinieron antes que tú, nunca ha sido verdaderamente conocido. Pero su carga fue pesada. A diferencia de los visionarios, trabajaron solos y les fue negada cualquier forma de aceptación.

Los profetas fueron odiados porque profetizaron en el Nombre de Dios y porque hablaron de tragedias futuras, que estaban por suceder a la humanidad por la mancha del pecado. Ellos llevaron solitarias y aterradoras vidas y cayeron muchas veces por la dificultad de su Misión. Encontraron duro de comprender las profecías y muchos de ellos fueron ignorantes del significado de las Palabras, las cuales les fueron dictadas. Muchos estaban inseguros si eran, de hecho, profetas en absoluto, pero por los frutos de su Misión, cuando pudieron ver la difusión de la Palabra de Dios y cuán rápido las conversiones fueron presenciadas, ellos comprendieron.

La mayoría de los profetas de Dios fueron despreciados, burlados y considerados herejes. Muchos fueron arrojados al desierto y atormentados, todo porque eran mensajeros enviados por Dios.

Los profetas son enviados al mundo, solo por el Amor de Dios, para preparar a Sus hijos para los eventos, los cuales tendrán un impacto en la salvación de sus almas. A los profetas se les han dado diferentes Misiones. En algunos casos, fueron enviados para advertir a la humanidad del peligro de desobedecer al Padre. Otros fueron enviados para advertir de las consecuencias las cuales sucederán al hombre, si cayeran en pecado grave. En otros casos, fue para advertir a la humanidad de aquellos quienes les causarían persecución y tratarían de impedir que la Palabra de Dios revitalizara a Su hijos. Y luego estuvo Juan el Bautista, enviado a preparar a los hijos de Dios para la venida del Mesías, el Hijo Unigénito de Dios, enviado a redimirlos ante los Ojos de Dios. Pero, ellos no lo escucharon. Los más mansos de entre los judíos escucharon y me aceptaron a Mí, Jesucristo, el Hijo del Hombre, pero los más santos y más ancianos siervos, dentro de la iglesia en ese momento, rehusaron aceptar la Verdad.

Y ahora tú, hija Mía, has sido enviada a preparar el camino para Mi Segunda Venida, para que pueda traer salvación al mundo y de ese modo Mi Nuevo Paraíso pueda realizarse. Esto ha sido anunciado, ¿pero ellos escucharán? Tristemente no. Ellos se rehúsan creer que Mi Padre posiblemente podía enviar al mundo, en su tiempo, a Su profeta final. Al hacer eso, están negando el Santo Evangelio de Dios. Ellos creen que Mi Segunda Venida no se llevará a cabo hasta en un futuro lejano. Este error no es causado por su conocimiento de la Santa Escritura, sino por su imperfecto razonamiento humano, a través del cual ninguna parte de Mi Promesa de venir otra vez puede ser comprendida.

La Gloriosa herencia de su futuro, el cual les espera, es de ustedes. Es para cada uno de ustedes, no importa cuán ennegrecidas o puras sean sus almas, pero deben preparase y estar alerta, porque todo demonio del infierno deambula la tierra en este momento y a través de otros tratarán de detenerlos. Satanás no quiere que Mi Padre traiga a Sus hijos a casa, a su legítima Herencia. Él propagará mentiras, causará confusión y los distraerá. Sus astutos y engañosos caminos serán tan sutiles y trabajará a través de otras almas, quienes se permiten estar abiertas a tal tentación. La gente, por lo tanto, no creerá que Dios podría enviar a otro profeta al mundo de esta manera. Es innecesario, dirían. Serán engañados al creer, mejor, en los falsos profetas y como hay tantos de ellos, lobos con piel de oveja, serán atraídos a aquellos quienes dirán todas las cosas que quieren oír. Cuentos inventados. Astutamente camuflados en santo hablar, la cual esconderá terribles mentiras que profanan Mi Santa Palabra.

Tú, hija Mía, serás la única que dirá la Verdadera Palabra de Dios en este momento, para que todo el mundo la oiga. Hay también otros profetas de Dios, pero sus Misiones son diferentes. Se te pedirá que digas la Verdad, pero la Verdad conmocionará, así como rescatará almas.

Aquellos entre ustedes quienes proclaman conocerme, ¿no piensan que Mi Padre no enviaría un profeta final para prepararlos, a través del Poder del Espíritu Santo, antes de Mi segunda Venida? ¿No lo conocen? ¿No conocen cuán grande Su Amor es? ¿No conocen el alcance de Su gran compasión? Si lo conocen, entonces escucharán estos mensajes del Cielo. Estos mensajes serán los últimos dados a ustedes antes del Gran Día cuando venga a Juzgar.

Aquellos quienes viven sus vidas de acuerdo a la Palabra de Dios y quienes no conocen de estos mensajes, no tiene nada que temer. Aquellos quienes aceptan estos mensajes y advertencias, de no aceptar ninguna otra doctrina además de la dada al mudo por Mí, Jesucristo, no tienen nada que temer, porque de ellos será el reino de Mi Nuevo Paraíso.

Aquellos que rehusarán Mi Mano Misericordiosa, quienes deambulan lejos de Mí y quienes destruyen sus almas al honrar a Satanás y todas sus promesas vacías, en vez de a su Dios y Creador, se les negará la Vida Eterna, a menos que supliquen Mi Misericordia.

Hay tiempo por delante para renovar sus vidas. Es muy simple. Vengan a Mí y los protegeré. Estas profecías están relacionadas al futuro y se realizarán. Rechácenlas como una tontería y lamentarán el día que dieron la espalda, a la Verdad prometida a ustedes como hijos queridos de Dios.

Su Jesús