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domingo, 7 de abril de 2013

05 abr 2013 A ninguno de vosotros jamás se le daría la autoridad para juzgar a otro en Mi Nombre, ya que esto no es posible
07.04.2013 01:22
Viernes 5 de abril de 2013 a las 12:50 hrs.


Mi amadísima hija, bajo tu voto de obediencia a Mí, nunca debes defender Mis Mensajes. Ni tienes la autoridad para denunciar o criticar a cualquier otro visionario, o profeta auto-proclamado, verdadero o falso, en Mi Nombre.

A aquellos que aseguráis hablar en Mi Nombre y que condenáis estos Mensajes para el mundo, sabed esto. Vosotros no tenéis, ni habéis buscado, Mi permiso para rechazar, públicamente, a cualquiera que afirme ser un alma elegida. Cuando declaráis que estos mensajes son falsos, estáis diciendo que son mentiras. Las mentiras pueden venir solamente de Satanás. Estos, Mis Santos Mensajes al mundo, os advierten de las terribles mentiras, con las que él, Satanás, alimenta las almas de todos los hijos de Dios. Cómo habéis sido engañados a rechazarme a Mí, vuestro amado Jesús, Quien llora lágrimas amargas de tristeza por la manera en la cual estoy siendo rechazado.

Aquellos que dicen que cualquier hombre podría escribir estos Mensajes del Cielo me insultan. ¿Cómo puede un hombre escribir las Palabras de Mis labios, cuando provienen de Mí? ¿Creéis que tales Palabras Sagradas podrían ser creadas por la mano del hombre mortal? ¿Creéis que cualquier hombre, manchado con pecado, podría producir Mi Santa Palabra, sin la intervención de Mi Reino Celestial? Si lo creéis, entonces dais credibilidad a la capacidad del hombre para falsificar un sendero de conversión de esta manera. El hombre no es nada sin Dios. Vosotros no sois dignos de hablar con autoridad cuando proclamáis la Palabra de Dios. Si proclamáis la Palabra de Dios de vuestros propios labios, sin ninguna dirección Mía, entonces sois culpables de error grave.

Hija Mía, debo recordarte, y todas aquellas almas elegidas, que a ninguno de vosotros jamás se os daría la autoridad para juzgar a otro en Mi Nombre, ya que esto no es posible.

Llamo a todas aquellas almas elegidas Mías ahora. Recordad Mi Promesa a vosotros que vendré otra vez. Sabed ahora, que a todos vosotros os fue dada una misión para preparar los corazones del hombre para Mi Segunda Venida. Sabed ahora, que esta es la última de todas las Misiones, dictada por la Santísima Trinidad. Ninguno de vosotros tiene Mi permiso para denunciar esta, o cualquier otra misión. Haced esto y seréis arrojados lejos de Mí.

¡Oh cómo los pecados de las almas elegidas me hieren más profundo que cualquier otro! Aquellos cercanos a Mí, que luego me traicionan, son los que me hieren en mayor parte. Cuando se vuelven contra Mí, ocasionan una terrible división e impiden que las almas sigan el sendero a la salvación eterna.

Su Jesús